Si hay una cosa de las personas que no soporto, es la mentira, aunque puede que ahora le llegue a encontrarle su gracia porque como ya los veo venir, resulta entretenido. No hace falta decir nada, simplemente escuchar y a menudo son ellos mismos con su palabrería que entran en un bucle en el que se ven atrapados y en el que finalmente optan por callar antes de enredar más.
Lo tengo relativamente reciente. Un encuentro totalmente casual. Diez de la mañana de un soleado sábado cualquiera, en una cafetería cualquiera.
La historia que nunca jamás tendría que ser contada, empieza a sonarme un poco rara. Imagino que mi cara debería ser un poema porque porque empezaron a saltar las alarmas en forma de lenguaje no verbal.
Sus manos empezaron a entrelazarse, y a moverse más de lo normal, los silencios cada vez son más largos, y su mirada se despista hacía otra parte, como queriendo desviar la atención, y automáticamente se toca el rostro a la vez que habla, denotando nerviosismo. El tema es desviado a la mínima que puede. Y lo que tenía que ser un desayuno tranquilo, se convierte en algo un tanto tenso.
Lo increible es que cuenta la misma historia pero con diferentes versiones, quizás no sabe que para mentir hay que tener algo de memoria.
Haciendo memoria, es más que evidente que esta persona tiene un problema, que se ha creado su mundo de farsa irreal, y utiliza la mentira para, se supone, mejorar su imagen ante la sociedad, y se lo ha hecho tan suyo que lo asume como algo totalmente cotidiano y normal.
Yo mientras bebo sorbo a sorbo el café caliente, sigo escuchando intentando desgranar sus palabras para no dejarme seducir por su fantasía e ilusión continua.
Lo tengo relativamente reciente. Un encuentro totalmente casual. Diez de la mañana de un soleado sábado cualquiera, en una cafetería cualquiera.
La historia que nunca jamás tendría que ser contada, empieza a sonarme un poco rara. Imagino que mi cara debería ser un poema porque porque empezaron a saltar las alarmas en forma de lenguaje no verbal.
Sus manos empezaron a entrelazarse, y a moverse más de lo normal, los silencios cada vez son más largos, y su mirada se despista hacía otra parte, como queriendo desviar la atención, y automáticamente se toca el rostro a la vez que habla, denotando nerviosismo. El tema es desviado a la mínima que puede. Y lo que tenía que ser un desayuno tranquilo, se convierte en algo un tanto tenso.
Lo increible es que cuenta la misma historia pero con diferentes versiones, quizás no sabe que para mentir hay que tener algo de memoria.
Haciendo memoria, es más que evidente que esta persona tiene un problema, que se ha creado su mundo de farsa irreal, y utiliza la mentira para, se supone, mejorar su imagen ante la sociedad, y se lo ha hecho tan suyo que lo asume como algo totalmente cotidiano y normal.
Yo mientras bebo sorbo a sorbo el café caliente, sigo escuchando intentando desgranar sus palabras para no dejarme seducir por su fantasía e ilusión continua.
Look del 30:
Boots: UGG
Parka: Gwynedds
Jacket:Hallhuber
Jacket:Hallhuber
T-Shirt:Massimo Dutti
Scarf: Burberry
jeggins: Hallhuber
jeggins: Hallhuber
Bag: Liebeskind
Bloglovin: