Entre todos los trastos que me traje de casa apareció un pay pay muy especial. A simple vista no tiene nada de especial, es de papel, plegable y con alguna propaganda de alguna empresa importante.
El pay pay tiene su historia, y me trae unos recuerdos preciosos de lo que un día fue.
Una de las cosas que más me gusta es danzar por el mundo, en realidad, estoy centrada en Asia, tiene un imán super especial que hace que sienta la necesidad de repetir y repetir. Como suele pasar, cuanto más improvisado es el viaje mejor, y a veces con una semana de diferencia dificilmente da tiempo a prepararse algo bien.
Un año cualquiera, nos propusimos hacer el viaje low cost, así que nos convertimos en asiduos de la red ferroviaria, la manera más económica de moverse.Una mañana, decidimos visitar uno de tantos templos, para ello, teníamos que coger de nuevo un tren.
A simple vista son todo hierro, de un color amarillento antiguo. Los asientos no son demasiado cómodos pero después de estar todo el día andando, cualquier sitio es bueno para sentarse. El viaje es muy entretenido, a ratos, grandes esplanadas infinitas, y pueblos de tanto en tanto. A veces, puedes meterte practicamente dentro de las casas de los lugareños, las vías están a escasos metros de ellas, y lo mismo están las señoras con una agilidad nunca vista en manos y pies fabricando cuencos de mimbre, como están los más pequeños jugando a ser niños, y que dicho sea de paso, son avisados del paso del tren con un silbato estridente y difícil de pasar por alto.
El viaje de vuelta, es algo largo, teníamos que recorrer practicamente toda la linea, así que los sitios estaban buscados. Quizás por el cansancio de todo el día acrecentado por la humedad de la zona, y por estar intentando ordenar y asumir todo lo que había visto, me quedé con la cabeza apoyada en la pared con la mirada y cabeza perdida en el horizonte de la gran esplanada.
En una de tantas paradas, subió una señora, no era demasiado mayor, yo creo que rondaba los cincuenta, pero recuerdo perfectamente su cara como si la tuviera ahora mismo enfrente.
Tenía el pelo laceo, pero gordo, negro azabache, y lucía un flequillo mal cortado, o no, en forma de zig zag. Tenía la cara completamente redonda, la tez tostada y ojos almendrados y negros a juego con su cabellera. Vestía una vieja camiseta blanca, y pantalón negro. Sus pies, algo deformados, no admitían cualquier calzado, así que iba directamente con chanclas.
Llevaba consigo un bolso negro y una bolsa de plástico blanca tamaño maxi, de la que sacó, con un gesto casi de reverencia, cuatro pay pay para repartir entre los que estábamos en el mismo asiento que ella, al principio me sentí un poco mal por aceptárselo, quizás podría haberlos vendido y sacarse algo de dinero para su sustento diario, pero me lo negó tres veces. Por lo menos me aceptó un botellín de agua, que supongo que le iría bien para hidratarse un poco del bochorno que hacía en aquellos pocos metros cuadrados.
Lo guardo con todo el cariño, como oro en paño, y no se porque se ha colado entre mi equipaje, quizás para abrirme la mente y sacarme una sonrisa en los días feos.
De momento, desde estos frescos lares busco pero no encuentro el momento de volver a hacer una escapada de unos días. Vicio es puro vicio!
Shoes: Zara
El pay pay tiene su historia, y me trae unos recuerdos preciosos de lo que un día fue.
Una de las cosas que más me gusta es danzar por el mundo, en realidad, estoy centrada en Asia, tiene un imán super especial que hace que sienta la necesidad de repetir y repetir. Como suele pasar, cuanto más improvisado es el viaje mejor, y a veces con una semana de diferencia dificilmente da tiempo a prepararse algo bien.
Un año cualquiera, nos propusimos hacer el viaje low cost, así que nos convertimos en asiduos de la red ferroviaria, la manera más económica de moverse.Una mañana, decidimos visitar uno de tantos templos, para ello, teníamos que coger de nuevo un tren.
A simple vista son todo hierro, de un color amarillento antiguo. Los asientos no son demasiado cómodos pero después de estar todo el día andando, cualquier sitio es bueno para sentarse. El viaje es muy entretenido, a ratos, grandes esplanadas infinitas, y pueblos de tanto en tanto. A veces, puedes meterte practicamente dentro de las casas de los lugareños, las vías están a escasos metros de ellas, y lo mismo están las señoras con una agilidad nunca vista en manos y pies fabricando cuencos de mimbre, como están los más pequeños jugando a ser niños, y que dicho sea de paso, son avisados del paso del tren con un silbato estridente y difícil de pasar por alto.
El viaje de vuelta, es algo largo, teníamos que recorrer practicamente toda la linea, así que los sitios estaban buscados. Quizás por el cansancio de todo el día acrecentado por la humedad de la zona, y por estar intentando ordenar y asumir todo lo que había visto, me quedé con la cabeza apoyada en la pared con la mirada y cabeza perdida en el horizonte de la gran esplanada.
En una de tantas paradas, subió una señora, no era demasiado mayor, yo creo que rondaba los cincuenta, pero recuerdo perfectamente su cara como si la tuviera ahora mismo enfrente.
Tenía el pelo laceo, pero gordo, negro azabache, y lucía un flequillo mal cortado, o no, en forma de zig zag. Tenía la cara completamente redonda, la tez tostada y ojos almendrados y negros a juego con su cabellera. Vestía una vieja camiseta blanca, y pantalón negro. Sus pies, algo deformados, no admitían cualquier calzado, así que iba directamente con chanclas.
Llevaba consigo un bolso negro y una bolsa de plástico blanca tamaño maxi, de la que sacó, con un gesto casi de reverencia, cuatro pay pay para repartir entre los que estábamos en el mismo asiento que ella, al principio me sentí un poco mal por aceptárselo, quizás podría haberlos vendido y sacarse algo de dinero para su sustento diario, pero me lo negó tres veces. Por lo menos me aceptó un botellín de agua, que supongo que le iría bien para hidratarse un poco del bochorno que hacía en aquellos pocos metros cuadrados.
Lo guardo con todo el cariño, como oro en paño, y no se porque se ha colado entre mi equipaje, quizás para abrirme la mente y sacarme una sonrisa en los días feos.
De momento, desde estos frescos lares busco pero no encuentro el momento de volver a hacer una escapada de unos días. Vicio es puro vicio!
Look del 5:
Shoes: Zara
Parka: Gwynedds
Sweater: Sandro
Sweater: Sandro
Jeans: Zara
Scarf: Burberry
Bag: Dimoni
Bloglovin:
Hola! estás genial! me encanta el look! los botines son una monada!
ResponderEliminarUn besito
www.elenalovesthis.com
Me encantan los botines, son muy chulos!
ResponderEliminarun besito
Lovely booties!
ResponderEliminarLos botines son ideales!
ResponderEliminarhttp://www.laflorinata.com
me encantan los botines!mmua
ResponderEliminarhttp://zscloset.blogspot.com/
Hola preciosa muy buenos días...
ResponderEliminarMe encanta el post... Siempre dices la palabra que todas en muchas ocasiones pensamos...
Me encanta el look y tus botas me tienen enamorada cielo.
Un besazo guapa.. Y feliz día.
http://mary1975.blogs.elle.es/
The shoes are so beautiful! And the jeans fit you really well :)
ResponderEliminarfashionistas-diary.blogspot.com
schöne schuhe! ich wollte sie mir auch kaufen, bin aber noch nicht ganz sicher, vielleicht werden sie ja noch reduziert ;-)
ResponderEliminarxxx Anita
jajja me encanta la primera foto!! y tu look genial, como siempre, q estilazo tienes!
ResponderEliminarun saludo
http://theangelswearprada.blogspot.com/
esos pitillos te sientan de muerte!!!
ResponderEliminarpásate por mi blog! BUSCANDO EN MI ARMARIO/LOOKING IN MY CLOSET, te espero!! muaaa!
Está genial la primera foto, y los botines son preciosos.besos!
ResponderEliminarMe encantan los botines que llevas!!
ResponderEliminarMe encanta la primera foto, y genial la historia del pay pay. Besos!
ResponderEliminarMe encantan todo
ResponderEliminarxoxo
Jillian
www.nusophisticate.com
¡Me encantan este tipo de looks! Estás divina, los pitillos te quedan de lujo y las botas son preciosas! Un beso guapa y que disfrutes de la noche de reyes en Alemani! Por cierto, el panecillo yo también quiero comerme uno todas las tardes, creo que hay una panaderia en Sanse que las hacen, ya lo voy a mirar! Gracias por el apunte! muak
ResponderEliminarQue foto tan divertida la primera jejjejje, ojala pudiera yo viajar
ResponderEliminarCiao
MJ
los botines monisimos!! pero de lo que me he enamorado es de tu primera fotoo!ajjaja, es super original! me encanta la pose! es divertidiiisima!
ResponderEliminarun besito y espero qeu los reyes se porten bien!!
=)
Amazing outfit, love the shoes.
ResponderEliminarpay day = shopping day!
Have a great weekend.
xx
Liz Lizo
VOGUED-OUT
Wow...me encantan esas historias de mundos que no he conicido y muero pro hacerlo...qué suerte!!!( y lo que te lo currarás,claro)
ResponderEliminarQué envidia sana, asi que sigue contando anécdotas para yo imaginarmelas,eh?jajajaja
Unbesazo y buen día de reyes!!
cool outfit! but mostly I love love your boots :)
ResponderEliminarxoxo
I absolutely love your shoes!
ResponderEliminarme encantan los botines!!
ResponderEliminarestoy de sorteo! pasate!!
ay que lindo amo tus zapatos :) y u eres tan flaca :) Tenemos que vernos algun dia en munich! Cuanto tiempo mas estas aca?
ResponderEliminarxoxo,
Luísa
De pequeña me encantaban los pay pay, aunque poco duraban en mis manos jeje!! Que bonita historia, la gente nunca dejará de sorprenderme, hay tanto que deberíamos aprender de estas culturas...
ResponderEliminarBesos!
Lovely outfit :)
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