No es necesario

Irte al extranjero a pasar una temporada, por un motivo u otro, es una experiencia muy enriquecedora para cualquiera. Los puntos positivos, o al menos en mi caso, superan con creces los negativos, y creo que hay un antes y después de hacerlo.
Sin embargo, hay a quien la experiencia les ha servido para adoptar una posición altiva, un tanto chulesca y despectiva.
Quizá he tenido mala suerte, pero hablo por algunos españoles que me he encontrado por aquí.
Los hay que creen que saben absolutamente de todo, unos entendidos en todas las materias, y que tienen una actitud de vacile ante los amigos recién llegados. Normalmente, si tienes la desgracia que se te colocan al lado en el restaurante te dan la comida con tanta palabrería barata y sin sentido, y que acabas con la cabeza saturada de tantas tonterías y mentiras que sueltan por la boca.
Otros, que van meando en las esquinas y  se creen que pueden criticar a quien viene de nuevo a la ciudad, y pretende ganarse la vida con lo que pueda.
Y también quien te mira por encima del hombro, con la cara de mártir y amargada característica, y te suelta un comentario en un tono un tanto despectivo, que de haber decidido no ignorarla habría acabado tirándome de los pelos con ella.
A los hechos me remito, el sábado entre a una zapatería en la que había pinta de haber buen material. Como todo el mundo, miré y cuando vi algo interesante me lo probé.
Alrededor de la estantería central de zapatos hay taburetes, donde lógicamente puedes sentarte a probar lo que quieras, sin pedir nada a nadie. Casi como un self-service.
Ahí estaba la petardilla de turno, a la caza de la mejor rebaja, con los ojos azules como platos para que se le vieran bien, que en cuanto me escuchó hablar la ranciez vino a su cara.
A lo que voy. Vi un bota ideal, me senté en dichos taburetes, pero en el límite y de espaldas, para que pudiera sentarse otra persona. Inmediatamete vino la susodicha como si le fuera la vida,  y le dice a mi acompañante que si me puedo levantar que ahí estaba ella. Como no se dirigió a mi, la verdad es que no hice demasiado caso, pero para no contestarla, me levante y me cambié. Iba con tan mala idea, que se sentó un segundo para descalzarse y se fue. Una petarda con todas las de la ley! Que asco de gente de verdad!
Por cierto, un detalle importante, se estaba probando unas hunter antiquísimas (a ver si nos modernizamos un poco bonita), con las que seguro después vacila porque es lo más de lo más.
Un beso maja!!

Y cambiando de tema, esta fue mi adquisición de ayer, a ver que sale de todo esto. Habéis probado a cortaros el pelo vosotr@s mismas alguna vez? algún consejo?

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