Agua bendita

Ayer volvieron a subir las temperaturas, y no sólo eso si no que encima hizo sol. El día perfecto para coger la bici, a pesar de las agujetas que tengo después de mi carrera del domingo.
Como de costumbre, mi despertador sonó a las siete de la mañana, pero después de una noche no demasiada buena, obvié completamente los grillos al 7! Como castigo, a la media hora, y de un salto de la cama y medio desorientada me levanté! Ya se preveía un día de pie izquierdo, y nunca mejor dicho, porque lo primero que hice fue comerme la mesita de pleno! 

Me paso por agua, más fría de lo normal por cierto, desayuno como puedo y me voy!
Intento tranquilizarme un poco, no es cuestión de montarme sobre las dos ruedas hecha un flan, y casi al llegar al destino, distraje mi atención para mirar el look de una chica guapísima que iba por la calle (estos son los efectos que tiene bloggear tanto), cuestión de segundos, levantar la cabeza y volverla a bajar, tampoco quería parecer demasiado descarada, pero fueron suficientes, para que pillara el único dichoso charco de la calle. Os podéis imaginar como sigue la historia...
No me comí el suelo porque tengo reflejos, pero yo ya me veía con la dentadura clavada en él. Lo mejor de todo viene ahora, yo en medio del apuro, roja como un tomate y temblando no se si del miedo o de la vergüenza, me viene un chico que supongo que iba detrás mía, que me hizo ponerme todavía más roja si es que era posible, no todos los días me viene a socorrer un rubiales de ojos azules, de metro ochenta!! Ya me imagino mi cara, como la de una adolescente con las hormonas a tope! en fin, hacía tiempo que no me veía en una igual!! al menos le podría haber invitado a tomar un cafelito al muchacho! Esta sólo fue mi mañana, por suerte, la tarde fue muchísimo más relajante, aunque.. pensándolo bien, no hubiera estado nada mal ver de nuevo al rubiales!!

.. que no se me olvide llamar a la casera, no soporto ducharme con agua fría...