Una vuelta cualquiera

En unos días tengo un vuelo para hacer una visita relámpago a los míos. Bueno en realidad será un poco más larga de lo normal, una semana y dos días para ser exactos.
Ya estoy pensando en que me llevo y que me dejo, y para eso chicas me venís de perlas. Como se que tengo que irme, ya tengo ganas de hacerlo, soy impaciente por naturaleza. 

Me estoy haciendo una experta en esto de hacer equipajes express, aunque esta vez sólo necesitaré lo justo para esa semana, para traerla llena de todos los accesorios invernales, que allí me dejé hace unos cuantos meses.
Es una sensación un tanto extraña, como de estar provisional en todos los sitios, porque a la que de nuevo me organizo en mi casa, tengo que irme otra vez.
Me gustaría estar allí en un chasquido de dedos, no puede haber cosa que me de más pereza que tener que desplazarme al Prat o desde el Prat hasta casa, toda una odisea de más de una hora, que acaba de rematarte después de dos horas de vuelo.

Me gusta mi casa, pero me gusta más todavía llegar a casa después de una larga temporada. El buzón está hasta los topes no cabe nada más! hay que ver la cantidad de papeleo inútil que pueden llegar a enviar, y luego quieren que reciclemos? creo que se me escapa algún detalle!
Curiosamente, el día que llego me encuentro a medio vecindario, con la consecuente charla con cada uno. Estoy en casa pero no llego nunca! Cuando lo consigo, me encanta abrir la puerta y oler el olor a madera que todavía perdura a pesar de los años! 

Directamente me voy al balcón a ver si mis plantas han podido sobrevivir, si han superado el calor de este año, tengo plantas para toda la vida! Enseguida me da por recoger, poner y quitar. 
 
Lo peor y mejor es que en una semana tengo que concentrar todas las reuniones, cenas, médicos, para aprovechar un poco el viaje, así que es un no parar de compromisos, al final acabo hasta el moño y agotada de andar arriba y abajo, y estoy deseando volverme para volver a la rutina y a la tranquilidad. Lo mismo me pasa cuando estoy de vuelta, lo que me hace pensar que no soy de ningún sitio y de todos a la vez, aquello que suena tan estupendamente bien como ciudadana del mundo.