Ave Fénix

Ya estoy de nuevo en mi segunda casa.
No me he encontrado a ningún vecino, ni olía a madera al entrar, pero el por fin en casa ha sido inevitable.
Me he sobrepuesto bastante bien después de los últimos acontecimientos, en realidad me siento aliviada como si me hubiera quitado un muerto de encima. Que sensaciones más contrapuestas!.
Me ha sentado genial llegar con más de dos horas de antelación al aeropuerto, ni siquiera se me ha hecho pesada la hora y media hasta que he dejado el maletón.
Hoy tengo ganas de volver a empezar de nuevo, de volver a construir de nuevo la casa, pero esta vez, sobre cimientos más sólidos, nadie dijo que fuera fácil.
Tengo que retomar las riendas de mi agenda, últimamente la tengo un poco olvidada y descontrolada. A partir de hoy tengo que volver a coger todas mis rutinas, apuntarme a un gimnasio, porque creo que dentro de poco va a hacer demasiado frío para salir a correr, ya me han dicho que durante un par o tres de meses, están al completo, y hacer alguna visita a alguna academia para poder, perfeccionar, bueno.. aprender diría yo, mejor el idioma. Esto si que me da pereza, pero se que si no después me voy a arrepentir, tengo que ir a lo que viene siendo la escuela oficial de idiomas, que además la tengo cerquita de casa, si es que no tengo delito, que no me haya apuntado antes.
También quiero organizarme el calendario para la próxima vez que vuelva, con la tontería de esperar siempre acabo cogiéndolo demasiado justo como para que me salga bien de precio. Ahh y que no se me olvide, tengo muchiiisimas ganas de poder ponerme y tener mi tiempo para el blog, que desde luego, hasta el momento, me ha dado más alegrías que otra cosa!
Además está haciendo un tiempo estupendo, ya os dije que no era cosa mía eso del mal tiempo en la ciudad condal:
Besotes muniqueses.

Os dejo con uno de mis placeres...

Como esta imagen de Buda, el blog me ha atrapado. Kss