Próxima parada

Ayer paseando por el parque, me sorprendió que me sorprendiera un hecho tan rutinario como ver a una madre cantando con su pequeño en una bicicleta, al más estilo verano azul.
Me hizo pensar en lo complicadas que hacemos las cosas muchas veces y lo sencillas que pueden llegar a ser, y me pregunto porque no podríamos ser todos así, a lo mejor las cosas fluirían mucho mejor.

Me gustaría poder tener la tranquilidad y el relajo suficiente para poder ir cantando como esa madre, claro que seguramente, me tratarían de loca.
Y en eso estoy, en esta ardua tarea. Cierto es, que no es trabajo de un día, llevo años intentando trabajar para vivir y dejar el vivir para trabajar. Se acabaron hace mucho tiempo esos madrugones a las cinco de la mañana, que no me aportaban nada más que una nómina a final de mes.
No señores, me niego a regalar mi tiempo a nadie, mi vida vale mucho más, y si tengo que ganar menos, lo haré, pero seguiré teniendo mi espacio para hacer lo que me de la real gana, que para eso es mi vida. Al fin y al cabo quiero disfrutar de las cosas más pequeñas que nos ofrece la vida, y que han pasado por delante de mis narices durante muchos años, sin darme cuenta.

Se de buena tinta que muchos no me entienden, o que con el "tu si que vives bien!" o "ya no te juntas con los pobres"! tienen un comentario fácil y estúpido, pero a mi nadie me ha regalado nada, simplememente me lo he trabajado para poder vivir como yo quiero, nada más!

Y como me encuentro mucho mejor que antes, y me es mucho más gratificante como estoy enrutando mi vida, prefiero quedarme en este tren, que a veces más vale conocido que malo por conocer.

Os dejo con una una visión diferente pero con fondo parecido.